domingo, 29 de julio de 2012

La Estafa


 
Hacia 1970, mi abuelo y bisabuelo paternos tenían montada una gran metalúrgica que estaba ubicada en Av. Godoy Cruz y Chile, en la ciudad de Mendoza. Era una de las más grandes y conocidas de la ciudad. En efecto, ellos fabricaron muchas obras como las barandas del Zanjón Frías y las persianas metálicas de diversas escuelas y edificios.

Mi bisabuelo, Teodoro Raganato, falleció en el año 1985 y mi abuelo, Ángel Raganato, heredo toda la empresa y quedó así, de un día para el otro, toda la responsabilidad en sus manos.

Todo iba bien administrado y gerenciado por Ángel; es más: cada día mejoraba, pues siempre estaba involucrado con grandes empresarios.

Hasta que un desgraciado día, llegó uno de sus compañeros de negocios y le pidió que le prestara su firma.
 -¡Benenati!- Saludó a mi abuelo.

-¡Raganato!- Dijo al querido amigo y continuó:

-¡Benenati!- Quiero que me prestes tu firma, pues debo dinero al Banco.

-¡Raganato!- ¿Y es mucho el dinero que debes?

-¡Benenati!- Si, bastante pero ya lo tengo casi todo, te prometo que lo voy a pagar, no vas a tener problemas.

-¡Raganato!- Bueno esta bien, trata de pagar a tiempo así no me meto en problemas con el Banco.

-¡Benenati!- Gracias, vos siempre tan atento.

-¡Raganato!- No es nada, siempre y cuando pagues jajajajaja…

 Resulta que los días pasaban y el Sr. Benenati no daba señales de vida, Talino lo buscaba tratando de contactarlo, sin conseguir respuesta alguna.
Cumplido el plazo de pago y con el Sr. Benenati prófugo, los cobradores del Banco comenzaron a ir periódicamente a cobrar el dinero que se adeudaba.

Sin conseguir respuestas de su compañero, Ángel se hizo cargo de la deuda, le embargaron el Taller con toda su maquinaria, también 6 propiedades, 5 vehículos y 3 motos. Solo le dejaron la casa en la que vivía su familia, compuesta por su mujer y 5 hijos.

Sin trabajo, sin Taller y sin esperanzas, quedando de un día para el otro en la calle, tubo que salir en busca de trabajo para poder mantener a su familia.

Después de varias semanas sin empleo, por medio de un contacto de su vieja empresa, consiguió un empleo como contratista y cobrador en una empresa petrolera; ese empleo era perfecto para lo que el necesitaba, el único y gran inconveniente era que la empresa petrolera estaba montada en la Provincia de Jujuy. Tomando esa gran decisión se fue a vivir y a trabajar a esa alejada Provincia, dejando a toda su familia en Mendoza.

Después de haber trabajado hasta desde el año 1988 hasta el año 2001, la empresa se fundió y Talino regreso a Mendoza, con el dinero de la indemnización compro una propiedad y que hasta el día de hoy la tiene.

Hoy vive tranquilo, sin deudas. Seguramente no vive como el aspiraba cuando trabajaba en su Taller, en fin, vive como jubilado y bien acompañado por su familia, compuesta por su mujer, 5 hijos y 16 nietos, que lo acompañan día a día ya que nunca pudo olvidar esa gran estafa propiciada por quien se hacia llamar “amigo” y “compañero”.


Historia Verídica.

 Juan Raganato 5º 2ª  Escuela Normal “Tomas Godoy Cruz”.

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