martes, 11 de diciembre de 2012

LA ODISEA DEL HADA



Había una vez... Hace muchos muchos años... Un bosque encantado... Allí vivían muchas criaturas, como elfos, hadas, duendes... También había criaturas de la noche... Muy peligrosas...


Pero sobre todo abundaban seres de luz... Era un bosque precioso, estaba repleto de árboles frutales, el color verde impregnaba cada rincón... La luz del sol entraba por entre las ramas de los árboles haciendo que todo brillara con intenso color... Y por la noche la luz radiante de la luna iluminaba la superficie del lago, el cristalino lago, donde los seres contaban que vivía una hermosa dama, pero en realidad ninguno la había visto, ninguno excepto Anahí... Una pequeña hadita que vivía en la copa de un árbol...

La dama se decía que sólo se aparecía a los de corazón puro. Una noche oscura, un elfo, extraviado de su largo viaje de expedición a su antiguo hogar, se perdió en el bosque, caminó durante horas, sin rumbo fijo, preguntándose qué lugar estaría pisando, y en un pequeño claro, sobre el que había un obelisco, paró a descansar. Inspeccionando el lugar, encontró un pañuelo bordado con seda blanquísima y oro en los bordes...


El elfo recogió el pañuelo bordado y lo guardó en su bolsillo. Paso allí la noche, y al alba partió de camino a Qualinesti, su hogar. Al día siguiente, al atardecer, estando Anahí sentada en la copa de un árbol, contemplando el cielo pintado de acuarelas, escuchó algo que le perturbó. Parecía un llanto, un débil y triste llanto, en las proximidades del lago...


Anahí bajó de su árbol y se acercó por entre los matorrales a investigar el origen de tal desconsuelo. Cuál fue su sorpresa al encontrar a Isil, la dama del lago, arrodillada en el suelo, con las manos cubriendo su rostro y llorando amargamente...
Aún entristecida, era la mujer más hermosa que los ojos de Anahí contemplaran jamás. La pequeña hada se acercó, cautelosa.. y agachándose junto a la dama, cariñosamente le preguntó:
- ¿Qué mal te provoca tal desesperación?
Anahí, consciente de que la dama jamás se aparecía a nadie, dio por supuesto que no le respondería, pero Isil volvió el rostro y contempló a la pequeña criatura. Las lágrimas acariciaban sus mejillas, sus ojos, cristalinos, parecían quebrarse al parpadear.
- He perdido mi pañuelo -respondió Isil, y rompió a llorar con más fuerza.
El hada se sorprendió, y como el llanto de la joven le partía el alma respondió:
- Yo recuperaré ese pañuelo, pero dime, ¿dónde lo viste por última vez?



 -Anoche en el lago se me debió caer... pero cuando volví a buscarlo me pareció ver a un caballero y me asusté-
 -Vivo sola desde niña, escondida en el bosque, más allá del lago. Ese pañuelo es lo único que tengo. Era de mi madre -dijo Isil
-y por qué no le preguntaste al caballero por tu pañuelo?- preguntó Anahí
- Tuve miedo... nunca hablo con nadie -le respondió Isil
-No te preocupes! Ahora mismo salgo en busca de ese caballero pero por favor no llores!- dijo Anahí con una sonrisa

Y así fue. El Hada partió a buscar al caballero, y preguntó a todos los animales por el hombre que Isil había creído ver. Todos le dijeron lo mismo:
- Tomó el camino a Maraqua. Pero cuidado, pequeña Hada. Una guerra acecha en tierras de los Elfos.


Así que ella, que nunca había salido del bosque, emprendió la marcha, pues ninguna relación hay entre su tamaño y su valentía. Decidió mejor no seguir los caminos y viajar sólo durante el día buscando sitios apropiados para descansar...

Una mañana en la que la brisa refrescaba el cálido día, empezó a sentir un temblor, como cascos de caballos, así que se ocultó en los arbustos. Estaba llegando ya a la comarca de Maraqua, y efectivamente eran tres elfos a caballo, uno de ellos portaba una bandera que no era familiar, pues no conocía esos lugares. Esto la asustó y cuando los caballeros pasaron prosiguió el camino más sigilosamente.

Cuando llevaba media jornada y se disponía a descansar, escuchó un movimiento de arbustos que la dejó de piedra, se incorporó llevándose un gran susto.Pues esa maleza la recorría el cuerpo de un elfo herido:
-AAAAAHHHH!!!! quien eres?!?!- dijo Anahí muy asustada

- A-ayuda...ayudame! -dijo el elfo con la respiración entrecortada- me han robado, saltaron desde los árboles..-toma un respiro-..me dieron un golpe en la cabeza, se han llevado todo.

Anahí asustada no sabía bien qué hacer, si ayudar al elfo o salir de allí corriendo. Pero su buen corazón le pidió que lo ayudase, y eso hizo. Sanó sus heridas. El elfo lo agradeció.
- ¿Qué fue lo que te robaron? -preguntó Anahí

- Todo, mi oro, mis provisiones , hasta el pañuelo... -respondió él.
- ¡Pañuelo!, ¿Qué pañuelo? -preguntó el Hada con sorpresa.
- Pues lo encontré en las orillas de un lago cercano, era blanco y sedoso, con bordados en oro, ¿Por qué? -dijo el elfo.

- Es de la dama del lago, tienes que ayudarme a recuperarlo... Por favor... -le rogó Anahí
El elfo y la pequeña hadita Anahí caminaban a distinto ritmo sendero abajo, ella ponía más entusiasmo y menos prudencia y él, en cambio, ponía la prudencia que a ella le faltaba y se dejaba guiar por el entusiasmo que no poseía a causa de su herida que aunque sanaba, dolía... Pararon en seco:
- ¿Por qué es tan importante ese pañuelo? -preguntó Yuka , el elfo herido.
- pues verás... -dijo Anahí- Ese pañuelo pertenece a una amiga...
- ¿Ah si? -dijo el elfo- ¿A quién?
- Pues... a una niña que he conocido... y es muy importante para ella recuperarlo -respondió Anahí.
- ¿Por qué? - preguntó Yuka
- ¿Nunca has perdido a algún ser querido?
Yuka, el elfo, bajó la mirada mientras asentía al hada:
- Sí... perdí a mi familia hace tiempo...

- Lo siento... - dijo Anahí.
- Fue en una batalla contra los Monopolorcos, ellos arrasaron mi pueblo y quemaron a toda mi familia.
Anahí cogió entonces la mano de Yuka y la apretó con fuerza.
- Tranquilo... ¿Sabes qué?, Los seres queridos jamás nos abandonan -dijo Anahí con una pequeña sonrisa- Siempre quedan en nuestro corazón para la eternidad y en nuestra mente... Pues siempre los recordamos cuando menos lo esperamos, en cualquier situación alegre, o triste, en cualquier celebración... Siempre están con nosotros-.
Yuka asintió con lágrimas en los ojos
- Tenés razón, siempre están conmigo..-
- Bueno.. a mi amiga sólo le queda el recuerdo de su madre en ese pañuelo, es lo único que le queda de ella, y es por eso que desea tanto recuperarlo-

Yuka abrió los ojos de par en par mientras secaba sus lágrimas con el dorso de su mano.
- ¡Pues vamos a recuperarlo!- dijo
Anahí sonrió ampliamente mientras asentía - ¡Vayamos pues!.
Y fue así como ambos, hada y elfo, emprendieron camino siguiendo las huellas de los cascos de los caballos.

Estos dirigían hacia un reino llamado Fantasy un reino donde no era difícil entrar... Pero sí muy difícil salir, ya que contaban, que todo el que llegaba a esas tierras era seducido por sus sueños más deseados, para que así jamás abandonasen el lugar, y mientras tanto se adueñaban de su voluntad y hacían con ellos lo que querían, como hacerlos trabajar en las minas... En las minas de oro del Rey Goldor..Siguieron pues el sendero y al subir una colina pudieron apreciar entre las brumas de la mañana el inmenso castillo de Fantasy... Se alzaba arrogante ante ellos, ambos se miraron boquiabiertos. Era impresionante y sobre todo. Atrayente... Anahí y Yuka sentían que algo les empujaba hacia aquel lugar. continuaron acercándose, embobados, en lo alto del castillo vieron una bandera con el diseño del pañuelo y se quedaron extasiados y muy extrañados mirándolo.Una figura salida de las nubes, grumosa y de aspecto vagamente humano, se les presentó de 
improviso:

- ¡Jajaja! -rió atronadoramente- ¿Asi que son ustedes los que buscan el pañuelo?

- Ehm... sí -respondieron al unísono

- Bueno... ¡¡Pues para ello deben someterse a una prueba!! -dijo la horrible figura.

- ¿Qué tipo de prueba? -preguntó Yuka

- El elfo es curioso -dijo el ser- Lo comprobarán pronto.

La criatura chasqueó sus dedos, y teleporto a los tres a su castillo de las nubes de Fantasy, para realizarles la prueba.La "figura" condujo al elfo y al hada a una pequeña habitación del castillo, donde había dos sillas y una mesa. Sobre la mesa había unos alambres unidos entre sí. La figura habló:

- La prueba consiste en separar esos alambres sin romperlos. Deberán conseguirlo antes de media noche. Si no lo logran... permanecerán aquí toda la eternidad.

Y desapareció en las sombras. El elfo y el hada se miraron mutuamente... Miraron los alambres... y estallaron en carcajadas:

- ¡¡Qué prueba más estúpida!! -dijo el elfo- ¡¡Esto lo hago yo con los ojos cerrados!!

Después de siete horas intentándolo ya no sabía qué hacer para separar los alambres. El hada, sin uñas ya de tanto mordérselas, rumiaba en un rincón:
 Con los ojos cerrados... con los ojos cerrados... ¡¡Sí, ya veo!!.
- ¿Acaso crees que puedes hacerlo tú mejor? -dijo el elfo airado y le arrojó los alambres, que al chocar contra el suelo se separaron.
- ¿Acaso crees que puedes hacerlo tú mejor? -dijo el elfo airado y le arrojó los alambres, que al chocar contra el suelo se separaron.
El hada y el elfo se encontraron de nuevo en el camino, no había ni rastro del castillo, y una voz se escuchó a lo lejos:

- Por esta vez han ganado... pero volveremos a encontrarnos.

Y en el suelo apareció un pañuelo...


El hada saltó de alegría, el elfo se secó el sudor, cogieron el pañuelo y emprendieron rumbo al lago, en busca de la niña
Cuando llegaron al hogar del hada, la niña esperaba sentada junto al lago. Se acercaron y ella los miró sonriente:

- ¡¡Me han traido mi pañuelo!
 ¡¡Siii!!-dijo Anahí gritando de emoción-
¡Lo hemos recuperado!
Mil gracias querida hada -dijo la niña.

- Pero no sólo ha sido gracias a mi, también ha sido gracias a Yuka -el hada señaló al elfo sonriendo.

- Acerquense -dijo la niña.

Cuando Anahí le devolvió el pañuelo este desapareció! Y la niña se convirtió en la mujer del  lago-


- Queridos  Anahí y Yuka-dijo la hermosa mujer con su dulce voz- Soy Isil dama del lago.. Verán, lo importante de esta búsqueda no era el pañuelo en sí, sino encontrar compasión y solidaridad hacia otros seres, de aquí espero que ayuden a tantas personas como me ayudaron a mí, ahora se que sus corazones son puros y son de fiar.. les encomiendo esa tarea.Ayuden a tantas personas como se los permitan sus años de vida.
La dama desapareció y Anahí y Yuka se miraron atónitos el uno al otro… pero al cabo del tiempo culminaron con una sonrisa, ahora ya sabían los que le deparaba el futuro, un arduo trabajo en equipo para ayudar a los mas necesitados.
Al cabo de un tiempo la dama del lago les encomendó una misión. Los mandó a un mundo en el que la maldad y la pobreza reinaba. Aquel mundo era llamado “La tierra”.
Nuestros jóvenes aventureros se asombraron con lo que vieron. Habían unos seres, llamados humanos, éstos pasaban hambre, se degradaban unos a otros, se maltrataban, se hacian el mal entre ellos. Anahí y yuka se miraron con tristeza pero determinación a la vez, sabían que tenían una gran misión que cumplir, ayudarían a los humanos a cambiar su mundo, y no descansarían hasta lograrlo…

Fin.

Julia Delgado - Escuela Normal - 5º4º-  -2012 © all rights reserved

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